jueves, 22 de noviembre de 2018

Cuando el corazón es aprisionado

Estaba husmeando en una caja de mi antigua habitación, cuando de pronto encontré una pila de libros viejos, los cuales me resultaron muy desconocidos y me causaron una extraña sensación de nostalgia. Luego de quitarles el polvo de encima, recordé que eran los libros que gane en un concurso de poesía a los dieseis años.

Me costo asimilar que en esa época era un joven que poseía una sensibilidad única y una peculiar manera de ver el mundo, como todo buen adolescente soñador.

Pero volver a la realidad me hizo darme cuenta que, ahora, a mis veintitrés años, he perdido todo aquello de poeta que tenia.

Con el tiempo mis manos se han vuelto cada vez mas torpes, mi corazón cada vez mas frió. Soy incapaz de describir la belleza de una flor.

Ahora miro hacia atrás y solo veo una sombra de la sonrisa que alguna vez tuve en el rostro.

Cuando hablamos de los sentimientos, solemos creer que estos se encuentran arraigados en algún misterioso baúl al interior de nosotros y que los podemos evocar a nuestra complacencia. Confiamos que siempre estarán ahí, pase el tiempo que pase.

La verdad, no creo que sea tan así. Los sentimientos, -como cualquier otra actividad-, necesitan ser practicados, o poco a poco el olvido ira devorándolos.

Las personas que ocultan su sonrisa, con el paso de tiempo dejar de saber como sonreír. Las personas que no entregan su amor, se olvidan de como amar genuinamente.

A medida que se reprimen los sentimientos, estos comienzan a endurecerse. El corazón se cubre de hielo, en el peor de los casos, puede cruzar el punto de inflexión y congelarse totalmente.

Es doloroso, pero hay quienes no pueden evitar ese destino. Hay quienes tienen un regalo que jamas podrá ser entregado... pues no hay nadie que lo quiera recibir.

Cuando era joven, estaba lleno de ideas e imaginación. Tenia una facilidad innata para escribir poesía y dedicar palabras bellas. Pero tras cada rechazo que iba sufriendo, esa parte de mi iba sucumbiendo cada vez mas.

Por mucho tiempo oculte esa faceta, pues creía que si no la mostraba, no volvería a sufrir, pero lo único que logre, fue sepultarla mas y mas.

Lo lamento, se que te interesaste en mi, pero el duro blindaje que me cubre, ya se ha vuelto parte de mi naturaleza.

Cuando te veo, me quedo mudo ante tu sonrisa. Quiero hablar, pero mi boca no se abre. Me quiero mover, pero me encuentro quieto, enjaulado en mi cuerpo.

Se que los días pasaran (siempre lo hacen) y que tu te marcharas junto a ellos. Tal vez, cuando eso suceda, al fin termine de convertirme en una estatua.

Cuando el corazón es aprisionado, poco a poco nos olvidamos de el.
 Lo dejamos de sentir, hasta que un día, simplemente desaparece.


Un hombre de corazón profundo guarda silencio y en su mismo silencio llora, ahoga sus penas en esperanzas rotas.

Un hombre de corazón profundo tiene el alma oscura y en su bruma oculta las bellas cosas que lleva, para que solo los ojos sinceros sean capaces de ver la luz que habita en las tinieblas.

Un hombre de corazón profundo se hiere a si mismo para acallar su dolor.

-Un hombre de corazón profundo.-

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