Lo recorro cada noche, totalmente solo, en medio de la oscuridad, rodeado de árboles secos y extraños sonidos animales. Pero, a pesar del espeluznante panorama, jamás sentí miedo alguno.
El cielo es quien capta toda mi atención. Durante la noche, las luces de chillan le dan un extraño tinte rojizo al cielo, que se hace más intenso y demoníaco cuando esta nublado. Eso resulta, para mí, un bello espectáculo. Me hace olvidar todo, la angustia, la pena, la soledad, el dolor.
Nunca he sido una persona creyente, de hecho, no creo ni en mí mismo, así que nunca tuve miedo de lo sobrenatural.
Pero un día en particular, algo llamo mi atención.
Mientras caminaba, me topé con un bosque que se me hacía extrañamente familiar. Mi instinto me forzó a explorarlo. Dentro del bosque, una sensación de nostalgia me invadió, pues los elementos ahí se me hacían conocidos. De pronto, mire hacia atrás y había un rastro con dos pares de huellas. Sentí risas, palabras dulces, el suave viento de la primavera, flores coloridas y aves con el corazón en la garganta.
Pero en medio del bosque había un extraño árbol, diferente a todos, pues tenía un tipo de inscripción. Me acerque a leer su mensaje y de un momento a otro todo cambio. Los árboles se secaron, las flores se marchitaron, las aves huyeron despavoridas.
Entonces me puse a llorar frente a ese árbol.
Durante mucho tiempo había reprimido mi dolor bajo un manto de oscuridad y tristeza. Aquel mensaje me había hecho recordar un pasado que creía sepultado, de cuando era un joven normal, con sueños, anhelos y esperanzas.
El mensaje, en cuestión decía:
-Aquí estaremos ambos, juntos, juntos por siempre-
No hay comentarios:
Publicar un comentario