Siempre me ha atormentado una duda, no sé si cada día que pasa es un día mas o un día menos, pero hay algo de lo que sí puedo estar seguro, es que nuestro tiempo aquí es corto.
Me encuentro en la avenida, no quise abordar el bus regreso a casa, esta noche he decidido caminar.
Voy con la mirada perdida, deambulando a través de la niebla. A veces me detengo a mirar el paisaje fantasmal que me rodea, intentando olvidar lo que debía pasar este día, pero que nunca sucedió.
Hoy al fin logramos estar juntos, cara a cara, tomando una taza de café, dando calor a nuestros fríos corazones. Pero a pesar de que necesitábamos más fuerzas para soltarnos que para abrazarnos, tuvimos el valor suficiente para marcharnos por lugares diferentes.
¿Con cuanto dolor nos hemos ido a casa?
Camino, esperando encontrar algún consuelo, o en su defecto, intentando escapar del sufrimiento. Tu alguna vez me preguntaste porque lo hacía, esta carta es tu respuesta
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