sábado, 6 de octubre de 2018

El vidrio roto

Alguna vez deje caer un vidrio al suelo y por mucho que intente repararlo, no pude hacerlo. Me esforcé por juntar todas sus partes, pero hubo pequeños trozos que no pude volver a unir. Finalmente, el vidrio quedo agrietado, incompleto, ya no era el mismo. Supongo que así mismo sucede dentro de nosotros.

No hay angustia mas grande que la que se siente al herir a la persona que amamos, solo por no saber expresarnos correctamente. Tal cual si nuestras manos estuvieran cubiertas de espinas, a veces lastimamos todo lo que tocamos, aunque no tengamos la intención hacerlo.

Resulta muy difícil poder expresar nuestros sentimientos, puesto que no existe una manera totalmente definida para hacerlo.

Las palabras son un buen lenguaje para poder expresar lo que tenemos en la mente, nuestros pensamientos. Pero ciertamente no hay un lenguaje concreto para poder expresar nuestros sentimientos, pues estos se encuentran alojados en un lugar mucho mas profundo y desconocido, nuestro corazón.

No basta con decir "estoy triste" o estoy alegre". Si no hay lagrimas o una sonrisa en nuestros rostros, nadie nos creerá.

Los sentimientos responden mucho mejor a las acciones que a las palabras. Podemos expresar mas amor con una mirada o un abrazo, que dedicando un poema o una canción.

Y aunque el amor sea uno de los sentimientos mas naturales, también es uno de los mas difíciles de expresar. Puede sonar contradictorio, pero entre mas amamos a alguien, mas daño podemos terminar haciéndole.

Ya han pasado mas de cinco años desde que rompí aquel vidrio. Si hoy lo tuviera en mis manos, no lo dejaría caer.

Pero lamentablemente, no podemos retroceder el tiempo.

Un sabio dijo alguna vez que es imposible entrar dos veces al mismo rió, puesto que cuando entramos por segunda vez, ya paso mucha agua y el rió no es el mismo.

Hoy soy alguien completamente diferente a quien era hace años y aunque ya ha pasado mucha agua por mi rió, se que las personas a las que lastime ya no volverán a confiar en mi, pues como aquel frágil vidrio, la confianza no se puede volver a reparar.

Escribo esta nota, porque al fin comprendí que aquella noche no llorabas por el dolor que te provocaban mis manos violentas, si no que llorabas por el dolor de saber que ya no me podrías volver a amar nunca mas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario